Ante todo, es sumamente conveniente que los ejercicios de piedad a la Virgen María expresen claramente la nota trinitaria y cristológica que les es intrínseca y esencial. En efecto, el culto cristiano es por su naturaleza culto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo o, como se dice en la Liturgia, al Padre por Cristo en el Espíritu. En esta perspectiva se extiende legítimamente, aunque de modo esencialmente diverso, en primer lugar y de modo singular a la Madre del Señor y después a los Santos, en quienes, la Iglesia proclama el Misterio Pascual, porque ellos han sufrido con Cristo y con El han sido glorificados (68). En la Virgen María TODO es referido a Cristo y todo depende de El: en vistas a Él, Dios Padre la eligió desde toda la eternidad como Madre toda santa y la adornó con dones del Espíritu Santo que no fueron concedidos a ningún otro. Ciertamente, la genuina piedad cristiana no ha dejado nunca de poner de relieve el vínculo indisoluble y la esencial referencia de la Virgen al Salvador Divino (69). Sin embargo, nos parece particularmente conforme con las tendencias espirituales de nuestra época, dominada y absorbida por la "cuestión de Cristo" (70), que en las expresiones de culto a la Virgen se ponga en particular relieve el aspecto cristológico y se haga de manera que éstas reflejen el plan de Dios, el cual preestableció "con un único y mismo decreto el origen de María y la encarnación de la divina Sabiduría" (71). Esto contribuirá indudablemente a hacer más sólida la piedad hacia la Madre de Jesús y a que esa misma piedad sea un instrumento eficaz para llegar al "pleno conocimiento del Hijo de Dios, hasta alcanzar la medida de la plenitud de Cristo" (Ef. 4,13); por otra parte, contribuirá a incrementar el culto debido a Cristo mismo porque, según el perenne sentir de la Iglesia, confirmado de manera autorizada en nuestros días (72), "se atribuye al Señor, lo que se ofrece como servicio a la Esclava; de este modo redunda en favor del Hijo lo que es debido a la Madre; y así recae igualmente sobre el Rey el honor rendido como humilde tributo a la Reina" (73).[6]
 
De este extracto podemos concluir sobre el culto a la Virgen:
 
- El culto a la Virgen debe expresarse desde la Cristología
 
- El culto a la Virgen nos lleva al conocimiento de Cristo
 
- El culto a la Virgen es finalmente culto a Cristo.
 
Revisando en la historia, desde cuando se datan las oraciones a María, podremos ver que es mucho antes de la acusación de cambiar el culto de diosas pagas a María en el siglo IV. Citamos lo siguiente:
 
Edgar Lobel, experto en papirología de la Universidad de Oxford, dedicó su vida al estudio de los papiros encontrados en Egipto. Como es conocido, el clima extremadamente seco de la mayor parte de Egipto ha hecho que se conserven multitud de fragmentos de papiros antiquísimos, con textos de hace milenios, en griego y en copto. Muchos de estos textos se habían perdido. En otros casos, los papiros sirven para confirmar la antigüedad de textos que sí que se habían conservado a través de sucesivas copias o traducciones.
 
Uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium. La versión latina es:
 
Sub tuum praesidium
 
confugimus,
 
Sancta Dei Genitrix.
 
Nostras deprecationes ne despicias
 
in necessitatibus nostris,
 
sed a periculis cunctis
 
libera nos semper,
 
Virgo gloriosa et benedicta.
 
La versión castellana, es muy conocida:
 
Bajo tu amparo nos acogemos,
 
santa Madre de Dios;
 
no deseches las súplicas
 
que te dirigimos en nuestras necesidades,
 
antes bien, líbranos de todo peligro,
 
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
 
 
Resulta impresionante rezar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C., que es la fecha en la que Edgar Lobel dató el papiro en el que se encontraba. Nosotros no la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente. Resulta agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la tradición no es algo inventado, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.[7]
 
 
Procesiones:
 
 
Otro de los argumentos usados para cuestionar el culto a María es el de las procesiones. Según ellos, estas procesiones reflejan las condenas de la Escritura contra los ídolos. La Misma Escritura nos mostrará como los elementos encontrados en una procesión se encuentran en la Escritura:
 
Cuando informaron a David: "El Señor ha bendecido a la familia de Obededóm y todos sus bienes a causa del Arca de Dios", David partió e hizo subir el Arca de Dios desde la casa de Obededóm a la Ciudad de David, con gran alegría.
Los que transportaban el Arca del Señor avanzaron seis pasos, y él sacrificó un buey y un ternero cebado.
 
David, que sólo llevaba ceñido un efod de lino, iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor.
 
Así, David y toda la casa de Israel subieron el Arca del Señor en medio de aclamaciones y al sonido de trompetas. (2 Sam 6, 12-15)
 
Vemos a personas, danza, canto, traslado de un elemento sagrado. Los mismos elementos que se dan en una procesión, en donde, el reconocimiento al venerable es por lo que Dios hizo en esa persona. Cuando los protestantes leern pasajes como estos, concluyen lo siguiente:
 
Las procesiones católicas modernas se caracterizan por un gran número de gente que lleva imágenes en un día especial. Aunque la situación que 2 Samuel 6 registra pueda parecer similar, el principio no es el mismo. El arca de Dios había sido abandonado en Quiriat-jearim por alrededor de cuatro décadas, y David quería traerlo a la ciudad principal de Jerusalén. David no tuvo la intención de “exhibir” el arca de Dios o motivar a las multitudes a adorarlo, ni tampoco se designó el día como “santo”. En Jerusalén, el arca ocuparía un lugar especial y permanente en el templo que Salomón (hijo de David) construiría.
 
No se debía adorar al arca. Dios nunca mandó que se cargara el arca, o cualquier otro objeto de importancia religiosa, en procesiones religiosas como las que los católicos realizan. No existen similitudes entre las razones por las cuales se trajo al arca del pacto a Jerusalén y las motivaciones para las procesiones religiosas que honran a las imágenes del catolicismo, y no existe autoridad bíblica para tales procesiones[8].
 
Este autor no es claro en mostrar las cosas como son. Primero dice que el Arca fue traída por haber sido abandonada, lo cual es falso, porque el verso 12 de 2 Sam 6, muestra que el Arca venía de la casa de Obededom. Además, el gozo de ellos estaba en ver cómo había sido bendecida la casa de Obededom por tener el arca.
 
Luego dice que Dios no mandó a que cargaran el arca en procesiones religiosas. Pero ¿qué hace el autor frente a la realidad de lo que hizo David? ¿Podrá con ese argumento derribar lo que hizo David? Si las procesiones católicas fueran contra la voluntad de Dios, lo que hizo David debió ser reprendido, más eso no sucede.
 
Lo que sí vemos, es a anticatólicos buscando devociones desviadas en la gente piadosa para hacerlas pasar como la práctica oficial de la Iglesia. Sin embargo, una página protestante define así las procesiones:
 
La procesión puede ir acompañada con oraciones y música, velas, estatuas de santos o reliquias en sus dedicaciones. Pueden ser extraordinarias, convocadas por una orden eclesiástica especial o, más frecuentemente, ordinarias, prescritas por la ley ritual, tales como el Domingo de Ramos, el Corpus Christi, Viernes Santo, etc. En tiempos antiguos las persecuciones impidieron su crecimiento, aunque las procesiones funerales parecen haber sido conocidas. Tertuliano nombra processio, procedere junto a la adoración y el ayuno, como prácticas en el sentido de asistencia a la iglesia (Ad uxorem, ii. 4; Hær., xliii.). Hacia el siglo IV las procesiones de reliquias eran comunes. En Constantinopla los arrianos, a quienes no se les permitía adorar dentro de las murallas, iban en procesiones por las calles cantando himnos, instituyendo Crisóstomo, algo similar entre los ortodoxos. Una indicación de Ambrosio (Epist., xl., ad Theodosium) muestra que las procesiones estaban en uso en el oeste al mismo tiempo, al menos entre los monjes. Durante la Edad Media esta característica se desarrolló con gran magnificencia dentro de la Iglesia católica[9].
 
 
La Iglesia en el Código de Derecho Canónico establece:
 
 
'Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo ordenadamente da un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino' (canon 1290,1)
 
 
¿Puede un protestante alegar sobre esto, que la Iglesia Católica con una procesión está adorando a la Virgen María?
 
Sabemos que hay desviaciones en el culto a la Virgen y otros santos en procesiones, pero no
obedecen a un error en la enseñanza sino a una praxis alejada del Magisterio de la Iglesia.
 
En cuanto al sentido y valor de las procesiones hay que tener en cuenta que la Iglesia en esta tierra es un pueblo inmenso que avanza en procesión hacia la Ciudad Eterna, la Jerusalén celestial (Ap 7, 1 - 12). Así, pues, las procesiones tienen el alto significado de anticipar simbólicamente el misterio último de la Iglesia, que es la entrada en el Reino Celestial; las procesiones ponen de manifiesto el gran misterio de la Iglesia en constante peregrinación hacia el cielo. Además de esto, son un acto de culto público a Dios, que al mismo tiempo lleva consigo un carácter de proclamación y manifestación externa y pública de la fe. Y con todo ello ayudan a la oración y a los deseos de mejor (ir hacia adelante). La prohibición de las procesiones ha sido siempre uno de los episodios tristes y característicos de la lucha contra el cristianismo y la Iglesia.[10]
 
 
Imágenes:
 
 
Otro de los elementos que usan los anticatólicos para acusarnos de adorar a la Virgen tiene que ver con las imágenes que tenemos de ella. Al igual que con otras imágenes sagradas, citan la Biblia para mostrar una condenación de Dios contra ellas. Pero una lectura detallada de la Biblia mostrará como confunden imagen con ídolo.
 
 
Esto se ve con los pasajes que usan para condenar:
 
Otra manera en que los católicos “veneran” a María y a los santos, es creando estatuas e imágenes de ellos. Muchos católicos usan las imágenes de María o de los santos como “amuletos de la suerte”. Cualquier lectura superficial de la Biblia, revelará que esta práctica es un claro acto de idolatría (Éxodo 20:4-6; 1 Corintios 12:12; 1 Juan 5:21)
 
Este protestante asume que las imágenes se usan como amuletos de suerte y cita Ex 20, 4 para rechazar las imágenes de María. Veamos que dice esa cita en su idioma original:
 
No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
 
No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian (Ex 20, 4-5)
 
 
En hebreo:
 

 
 
 
Pesel
 
an idol, image
 
Original Word:

????
 
Transliteration: pesel
 
Phonetic Spelling: (peh'-sel)
 
Short Definition: carved image
 
La palabra usada para imagen es

?? significa "ídolo". Por lo que se sabe que Dios prohíbe las imágenes de ídolos o idolátricas, no las representativas. De esta forma, los protestantes condenan algo que ellos no conocen, Lo más interesante es que los primeros cristianos sí tenían imágenes de la Virgen María como podemos apreciar en esta catacumba del siglo III.
 
 

 
 
 
Para la segunda parte del estudio, reproduzco un material de Jesús Urones.
 
 
Es el culto María el de una diosa pagana o de la madre del Rey de Reyes
 
Uno de los versículos favoritos de los protestantes es este: (Jer 44:17-22) y (Jer 7:18). Con él creen mostrar como esa Reina pagana del Cielo es María y de esta forma concluir que es un culto pagano que la Iglesia Romana les cogió para adorar a la Virgen María. Es por todo esto creo conveniente tratar este tema en profundidad y ver si realmente el argumento expuesto por los protestantes tiene peso o es simplemente un argumento pueril lleno de odio contra nuestra madre del Cielo. Es común en muchas páginas de la red decir que el culto a María viene del paganismo, y nombran este versículo bíblico para indicarlo y así el pobre que no conoce muy bien la Biblia cae en la trampa y se aleja de la fe. Vamos a dar respuesta a esta falsa acusación:
 
Respondieron a Jeremías todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, y todas las mujeres presentes - una gran concurrencia - y todo el pueblo establecido en territorio egipcio, en Patrós:
 
En eso que nos has dicho en nombre de Yahveh, no te hacemos caso, sino que cumpliremos precisamente cuanto tenemos prometido, que es quemar incienso a la Reina de los Cielos y hacerle libaciones, como venimos haciendo nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que nos hartábamos de pan, éramos felices y ningún mal nos sucedía. (Jer 44:15-17)
 
La reacción de los oyentes no pudo ser más tumultuosa e insolente. No sólo no reconocen pecado en haber cumplido actos idolátricos, sino que están dispuestos a continuarlos, pues en ellos ven la fuente de la felicidad. Precisamente, según ellos, el haber cesado de dar culto a los ídolos, y sobre todo a la reina del cielo, Istar, fue la causa de la ruina. La reforma religiosa de Josías, acabando con los "lugares altos" de culto sincretista idolátrico, fue para los oyentes de Jeremías la causa del desastre de su pueblo; pues, mientras que adoraban a los ídolos, todo les iba bien, viéndonos entonces hartos de pan (v.17), y, en cambio, el culto adusto a Yahvé no les trajo sino la ruina de la nación. No es que rechacen totalmente al Dios nacional, pero creen que es necesario también tener contentos a los antiguos dioses de Canaán, como condición para tener bendiciones materiales.
 
 
El culto de Istar, la reina del cielo, aparece entre los hebreos ya en tiempos de Acaz, hacia el 734 . Fue particularmente favorecido por el impío rey Manases, hijo de Ezequías. La influencia asiría se dejó mucho sentir en los siglos VIII y VII a. G. en Judá, como en los demás países de la costa siro-fenicio-palestina. Josías (740-609) comenzó la reforma religiosa profunda en el 622, y después de pocos años de tranquilidad comenzaron los males para su pueblo: muerte violenta de Josías (609), deposición de Joacaz, deportación del 598 a Babilonia y, por fin, la destrucción de la Ciudad Santa en 586. Yahvé, pues, los había abandonado. Cuando las prácticas idolátricas estaban en su vigor, la nación prosperaba. Este era el simple modo de discurrir de aquellos refugiados de Egipto. Para ellos la predicación del profeta Jeremías no había servido para nada, ya que Dios descargó su mano sin piedad. No comprendían que todo esto había sucedido por sus pecados, fustigados por el profeta. Y en esta respuesta altanera al profeta son las mujeres las que llevan la voz cantante: ¿es acaso sin nuestros maridos que hacemos las tortas para ofrecerlas a su imagen? Se justifican diciendo que lo hacen con el consentimiento de sus maridos y no ven ninguna irregularidad moral en ello. Los maridos podían anular los votos de sus mujeres , pero ahora colaboran con ellas en esos cultos idolátricos.
 
 
Nada tiene que ver esta Reina con la Virgen María. No existen similitudes.
 
 
La nota explicativa de la versión Reina Valera de 1995 nos dice:
 
 
"Reina del Cielo era el título que se daba a la "diosa madre", muy venerada en el mundo antiguo por su vinculación con la sexualidad y con las fuentes de la vida. En Mesopotamia recibía el nombre de Istar y era identificada con el planeta Venus; en Canaán la llamaban Astarot (véase Jue 3.7 nota c ). La mención de los hijos, los padres y las mujeres da a entender que se trataba de un culto familiar. Cf. Jer 44.17-19."
 
 
El Comentario Jamieson-Fausset-Brown nos dice:
 
"Los fenicios llamaban a la luna Astaroth o Astarte, la mujer de Baal o Moloch, el rey de los cielos. La pareja formada por ambas deidades simbolizaban las fuerzas procreativas de la naturaleza: de aquí provino la introducción de la prostitución como parte del culto. Los babilonios la adoraban como Mylitta, esto es, la generadora. Nuestro lunes indica la primitiva prevalencia del culto de la luna",
 
El Diccionario Bíblico Nelson, explica:
 
"REINA DEL CIELO
 
 
Objeto de culto solamente mencionado en Jeremías (7.18 y 44.17-29), quien condena este acto de idolatría. La "reina" probablemente se refiera a Istar o Astarté, deidad del amor y la fertilidad que era adorada bajo varios nombres y considerada patrona de muchos pueblos babilonios, asirios y fenicios. La diosa era identificada con la luna, cuya adoración Moisés condenó (Dt 4.19; 17.3). Los ritos del culto consistían en actos groseramente inmorales.
 
 
Es evidente, por la denuncia de Jeremías, que los israelitas practicaban esta aberración religiosa en Judá antes de la cautividad y aun durante el destierro en Egipto. Las tortas mencionadas en los pasajes posiblemente fueran figurillas o imágenes adornadas y ofrecidas con libaciones en los ritos a la diosa ([Ver=] ASTORET)."
 
 
"ASTORET
 
 
DIOS CERE = «una esposa». Diosa de los fenicios y de los sidonios, adorada por Israel después de la muerte de Josué y también por Salomón. Josías destruyó los emblemas de su adoración, introducidos por Salomón (Jdg_2:13; 10:6; 1Sa_7:3, 4; 12:10; 32:10; 1Ki_11:5, 33; 2Ki_23:13). Era la consorte de Baal. Se trataba de un culto derivado de Babilonia, donde Istar representaba a las estrellas matutina y vespertina. Pasó de Babilonia, con ligeros cambios en su nombre, a todas las naciones alrededor. En Canaán pasó a ser la diosa de la luna, en tanto que Baal era el dios sol. Los inmorales ritos que acompañaban al culto de Istar en Babilonia pasaron a Canaán, y formaban parte de las prácticas idolátricas que los israelitas fueron llamados a extirpar. Es a menudo llamada Astarté, su nombre griego".
 
 
16 Y tú no me ruegues por este pueblo ni eleves por ellos clamor y súplica, no me porfíes, porque no te oiré. 17 Porque ¿no ves lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén? 18 Los hijos recogen la leña, los padres prenden el fuego, y las mujeres amasan la harina para hacer tortas a la reina del cielo y libar a los dioses extraños para ofenderme. Jeremías 7:16-17
 
 
Todos son cómplices en esta apostasía general: los hijos recogen la leña. y las mujeres amasan la harina para hacer tortas a la reina del cielo (v.18). Parece que el profeta alude aquí a cultos astrales, sobre todo al culto de Astarté, la diosa de la fecundidad y reina del cielo, título que en efecto se aplica en la literatura cuneiforme a Istar, identificada con el planeta Venus 8. Ya en tiempos de Manases este culto de tipo asirio había entrado en Jerusalén 9. Con estas aberraciones ofenden a Yahvé, pero sobre todo se llenan ellos mismos de vergüenza y confusión (v.19), pues la ira de Dios se derramara sobre hombres y animales (v.20). Como toda la naturaleza fue asociada al culto idolátrico, será también castigada en su totalidad.
 
 
Según la Encarta:
 
Istar, diosa principal de los babilonios y los asirios, equivalente a Astarté, nombre griego y romano de Ashtoreth, diosa fenicia del amor y la fertilidad. El nombre aparecía en diferentes versiones en cada parte del antiguo mundo semítico; así era Athtar en Arabia, Astar en Abisinia (ahora Etiopía) y Ashtart en Canaán e Israel. El sexo de la divinidad también variaba: Athtar y Astar eran divinidades masculinas. Istar de Erech (en Babilonia) era una diosa venerada en conexión con la estrella de la tarde, pero Istar de Acad (también en Babilonia) era un dios identificado con la estrella de la mañana. Como diosa, Istar era la gran madre, la diosa de la fertilidad y la reina del firmamento. Por otro lado, su carácter tenía atributos destructivos: los asirios, especialmente, la consideraban una diosa de la caza y de la guerra y se la representaba con espada, arco y un carcaj con flechas; entre los babilonios, Istar era la diosa madre y se la representaba desnuda y con pechos prominentes, o como una madre con un niño junto a su pecho. Como diosa del amor traía la destrucción a muchos de sus amantes, el más notable de ellos su consorte Dumuzi, el equivalente babilónico de Adonais.
 
 
-Vemos como se trata de una diosa. María no es diosa.
 
 
-Diosa de la fertilidad y del amor. Nada de eso se le dice a María.
 
 
-Diosa de la caza y de la guerra. Jamás a María la han dado nunca esos atributos.
 
 
-El que se represente como a una mujer con un niño a su pecho es el único parecido, pero, si yo viera a una mujer protestante con su hijo en brazos, y le tomara una fotografía, colocándola luego junto a los grabados arriba mostrados.. ¿Sería aceptable decir que también los protestantes, POR ESE HECHO, son paganos y/o idólatras?. Como podemos ver se trata de algo totalmente absurdo.
 
 
Además a María nunca se la ha idolatrado, no es parte de la doctrina católica, quien hace semejante acusación desconoce por completo la doctrina católica.
 
 
-Algunos suelen decir: Si María es la Reina del Cielo entonces es una diosa pagana pues se llama igual que en Jeremías.
 
 
Es este razonamiento lógico?
 
 
Vayamos a la Biblia y que ella sola nos lo aclare:
 
"que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor" (Lc 2, 9)
 
 
Recordamos que en el AT se decía:
 
"Entonces clamaron los hijos de Israel a Yahvé, y Yahvé levantó un salvador a los hijos de Israel y los libró, esto es, Otoniel" (Jue 3, 9)
 
 
en la misma forma entonces el Salvador, Cristo es Otoniel ya que se llaman igual.
 
 
"En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores" (Ap 19, 16)